Significativo mes social de los cuartos medios

]Este año, frente a la adversidad que la pandemia significaba, se decidió cambiar la tradicional semana social de los cuartos medios, por el Mes Social, durante el cual, nuestras alumnas pudieron participar en 3 proyectos de manera muy significativa.

En primer lugar, trabajaron haciendo diferentes actividades de acompañamiento, a través de Zoom, a los residentes de distintos hogares de la Fundación las Rosas. Así es como les hicieron juegos de reforzamiento de la memoria, para entretenerlos y distraerlos, haciéndoles compañía y alegrarles el día.

“CREA+” es el segundo proyecto en el cual participaron, el cual tiene como fin ayudar a niños que con el sistema online, han tenido dificultades para aprender. Se hicieron distintos talleres entretenidos y clases de matemáticas vía Zoom.

Por último, se unieron al proyecto llamado “el Comedor” de la Municipalidad de lo Barnechea que consistió en cocinar porciones nutritivas de comida para abuelitos en situación vulnerable en el cerro 18.

Este apostolado está abierto para cualquier miembro de la comunidad ursulina que quiera ayudar y poner de su parte.

Cada uno de estos proyectos nos impactó de distintas maneras a cada una. Aprendimos y crecimos juntas de esta experiencia. Nos alegró mucho poder ser de ayuda en momentos difíciles como estos, ya sea jugando bingo, haciendo clases o entregando un simple plato de comida, pudimos apreciar la felicidad y gratitud de las personas que lo recibieron. Además nos dimos cuenta de lo mucho que podemos ayudar y lo fácil que es dar un rato de nuestro día.

Los invitamos a ver el álbum de imágenes:

Testimonio de M.Paz Pollock y Laura Dunford:

Cuando nos dijeron que se había abierto este nuevo apostolado de “el comedor”, no dudamos en inscribirnos. Estos tiempos han sido difíciles para todos y mucho más para las personas en situación vulnerable. Además, sentimos que ha sido complicada esta “nueva” manera de ayudar virtualmente o con donaciones. Creemos que ver cara a cara a la persona que recibe nuestro aporte es fundamental y con esta oportunidad, se nos abrió la posibilidad de cumplirlo. 

Con la entrega de algo tan cotidiano y simple como un plato de comida en su mesa, vimos cómo estas familias se alegraban y nos agradecían como si hubiese sido algo mucho más grande.  

A pesar de tener que estar con todas las precauciones (mascarilla, guantes, etc.) y no poder conversar mucho rato con la gente, nos impresionó lo felices que estaban al vernos y lo mucho que nos necesitan. Nos llevamos una primera experiencia conmovedora que definitivamente volveremos a repetir.