En noviembre de 1938 llegaron a Chile las primeras cuatro Ursulinas, de un total de 21 religiosas que lo hicieron en sucesivos grupos hasta marzo de 1940. Algunas de ellas venían para conocer y después volverían a su país, pero la situación en Alemania se agravó con el estallido de la Segunda Guerra Mundial y el cierre de su colegio en Berlín, decretado por la administración de Adolf Hitler. Ante este nuevo escenario decidieron quedarse y desempeñar diversas labores: trabajos en hospitales, atención a hijos de refugiados alemanes o huérfanos del terremoto de Chillán, ayuda a niños con problemas del habla, etc.
Sin embargo, en marzo de 1939 y de acuerdo a sus raíces fundacionales, comenzaron el trabajo educativo en Santiago con un Kindergarten que funcionaba en la calle Víctor Hendrych en el Convento de las Agustinas en Providencia. Éste fue creciendo año a año y al poco tiempo se transformó en el Colegio que en 1952 se instaló en Vitacura.
Más tarde, en 1962, al constatar que en la comuna de Maipú no había ningún colegio de Enseñanza Secundaria Femenina, decidieron iniciar el Colegio Santa Úrsula en esa comuna como anexo al de Vitacura. En 2011, el colegio de Maipú adscribió al régimen de financiamiento compartido y ambos colegios quedaron como instituciones académicas independientes.
En 2014, la Comunidad de las Religiosas Ursulinas de Santiago creó la Fundación Educacional Santa Úrsula, persona jurídica sin fines de lucro constituida con objeto único educativo y quien es la sostenedora legal del Colegio de Vitacura. Su misión es velar por el cumplimiento del Proyecto Educativo y apoyar su buen funcionamiento general.